Mi nombre es Patricia Jiménez Mena, soy la mamá de Kevin Jiménez Jiménez, un guerrero y luchador de un linfoma hodgkin de pulmón y quiero compartir nuestra historia de lucha y valentía.
En el año 2018, con apenas 18 años, mi hijo Kevin estaba cursando su duodécimo año del colegio CTP de Dulce Nombre, y para noviembre de ese año estaba realizando su practica profesional empresarial; en su última semana sentía sus pies adormecidos, lo que se le dificultaba subir y bajar del autobús; en ese momento, sacamos una cita con un ortopedista, el cual nos indico que su problema no era nada óseo; enviándonos inmediatamente y de emergencia a donde un neurocirujano, el cual después de varios exámenes de sangre y de estímulos su diagnóstico fue un Síndrome de Guillain Barre.
Fue a partir de ese momento donde iniciamos un largo camino de lucha, primeramente no teníamos conocimiento de este síndrome, lo que nos tocó averiguar que era, el por qué y hacia donde nos podía llevar ese diagnostico, el cual no era muy alentador, gracias a Dios en el caso de mi hijo le dio bastante favorable y afectó únicamente sus extremidades inferiores y en un porcentaje bastante bajo, comparado con lo que nos pudimos haber enfrentado si hubiera sido más grave, ya que él nunca dejó de caminar, nunca tuvo problemas ni con sus extremidades superiores ni dificultad al respirar, nada más de su cuerpo fue afectado por este síndrome.
Dimos inicio con un proceso bastante duro, tanto médico como con terapia física y de hidroterapia; también con ejercicios seguidos en casa para que lograra recuperar en un 100% la movilidad de sus piernas, y además una dieta especial para la recuperación de masa muscular, al perderla considerablemente. Dicho proceso duro aproximadamente 8 meses, para este momento mi hijo inició con una tos frecuente y molesta, su peso corporal no mejoraba; fuimos a cita con el neurólogo y lo encontró muy recuperado de sus movimientos y para caminar, dándolo de alta para asistir a control con periodos más largos, además de indicarnos que la tos no era parte del síndrome.
Para ese entonces, nos salió una oportunidad viajar al extranjero, pero decidí llevarlo al médico para revisar su tos puesto que ya había aumentado, Kevin no podía dormir y su masa corporal era aún más baja…. Al examinarlo, el médico le envió exámenes de laboratorio y placas de tórax urgente, debido a que no escuchaba muy bien uno de sus pulmones, luego de ver los resultados vinieron otros exámenes de laboratorio más rigurosos y un TAC de tórax.
Luego de estos otros procedimientos vino la noticia menos esperada… A sus 19 años su diagnóstico fue de linfoma hodgkin de pulmón bastante avanzado, cubriendo casi un 90% de su pulmón izquierdo; fuimos enviados con urgencia al hospital Max Peralta de Cartago. Hasta la fecha lo único que hemos encontrado ha sido ángeles en el camino, donde todo el proceso fue muy rápido, primeramente una biopsia y examen para saber como se encontraba su médula ósea, luego de esa larga espera y la ansiedad, vino la noticia donde nos indicaron que su médula no estaba afectada, gracias a Dios, sin embargo debíamos iniciar el proceso de quimioterapia lo más pronto posible, y al estar tan avanzado se requería radioterapia.
Y es acá, donde damos inicio a la nueva lucha y de valentía, no solo físicamente sino también mental, y ni hablar de la parte emocional, ya que es iniciar un camino con un dolor inexplicable en todo tu cuerpo como madre; para mí fue una caída desde lo más alto, era un camino inexplicable con un mar de dudas, de miedo, de incertidumbre; donde yo no podía caer aunque sintiera que no podía con todo esto, era yo quién tenía que sostener a mi hijo, era yo quién tenía que darle fuerza y valor, a él y a mi otra hija.
Pues sin mucho que pensar dio inicio a su quimioterapia, fueron sesiones duras de sobrellevar, pero en ese trascurso uno como madre conoce a muchas otras madres que estamos pasando por la misma situación, y que a pesar de todo, nos damos cuenta que Dios nos tiene en sus manos y nos da la fuerza para poder dar esa misma fortaleza a nuestros jóvenes, y acompañarnos entre nosotras y darnos ánimos, de igual forma mi hijo conoció jóvenes con su mismo diagnóstico, lo cual también empiezan a compartir este duro camino y a apoyarse entre ellos.
En este proceso, me hablan de Proyecto Daniel donde dan acompañamiento a jóvenes diagnosticados con cáncer, y por una amiga (Cuqui) tuvimos contacto con doña Ligia, y fua ahí donde invitaron a Kevin a una maravillosa actividad de Navidad, donde conocimos personas maravillosas; que al día de hoy nos han estado acompañando y dando apoyo.
Mi hijo Kevin salió de esta actividad muy motivado, alegre y con mucha esperanza de poder concluir con el tratamiento y seguir adelante con sus sueños.
En el transcurso de su tratamiento de quimioterapia llego la tan angustiante pandemia de covid 19, otra etapa bastante dura para nosotros los padres como para los jóvenes, esta etapa se vivió con mucho temor y zozobra, el tener que dejar a mi hijo sólo en el hospital recibiendo su tratamiento y yo afuera, fue realmente duro. Luego de su conclusión con la quimioterapia iniciamos con el proceso de radioterapia en el Hospital México, igualmente personal muy profesional, humanitario y empático.
Para setiembre del año 2020 concluimos con el tratamiento de radioterapia y le realizaron un TAC de tórax y exámenes de laboratorio, en donde se observa que la masa del pulmón disminuyo en un aproximado del 75%, por lo que al día de hoy mi hijo ha estado bastante estable en su salud, en controles médicos con resultados favorables y estables.
De nuestra parte seguimos contando con el gran apoyo de Proyecto Daniel, donde nos dan acompañamiento no sólo a nuestros hijos sino que a nosotros los padres, para mi como madre me ayudan mucho a entender las situaciones, a fortalecerme como persona, como cuidadora, estoy eternamente agradecida por todo el acompañamiento que recibo y principalmente el cariño recibido.
Pido a Dios bendiciones para todos los jóvenes que pasan por este diagnóstico, así como la fortaleza para los padres que también enfrentamos esta dura realidad y por supuesto a Proyecto Daniel para que nos continúen dando ese apoyo y acompañamiento.