Hola mi nombre es Sebastián Gutiérrez Brenes, diagnosticado con Linfoma de Hodking a mis 15 años en junio del 2012, en ese momento no dimensionaba la gravedad de la enfermedad debido a que venía de un hogar disfuncional en donde se recalcaba que nunca iba a lograr cumplir mis sueños, que nunca iba a ser profesional y en donde incluso debía pedir ayuda a personas externas a mi núcleo familiar para poder comprar los libros y uniformes para asistir a clases, un hogar donde el afecto y la empatía hacia un hijo se cambiaba por la distancia y la indiferencia y en donde gobernaba la soledad y el intentar sobrevivir por sí mismo.
Recibí varios esquemas de quimioterapia, radioterapia y sufrí 4 recaídas en 10 años durante este proceso, me llegaron a dar tiempo de vida y recibía comentarios como que “disfrutara la vida ahora que podía” o que “iba a llegar el día en el que iba a estar postrado en una cama mientras otros debían asistirme”, muchas personas me apoyaron y alentaron, así como otros muy cercanos solo esperaban mi muerte y hacían mofa de mi estado de salud.
Esta enfermedad si bien ha sido un obstáculo me ha forjado como persona, haciéndome ver la vida de manera diferente; me ha creado un nuevo sueño; formar parte de proyectos, trabajos o situaciones que aporten positivamente a la sociedad en general.
¿Qué dirían de mí las personas en mi funeral? ¿Qué aporté a la sociedad en mi vida? ¿Cómo me van a recordar los demás?
Nunca vi la enfermedad como una amenaza sino como una oportunidad, una oportunidad de influir en los demás con positivismo, demostrando con actos y no con palabras que se puede seguir adelante, que se puede luchar aún cuando los demás te dicen que no hay esperanza, que se puede seguir estudiando, trabajando propio si es necesario y luchando en contra de una creencia colectiva que te hace pensar que si tienes cáncer la vida se detiene y hay muchos ejemplos de que eso no es así.
Durante mi proceso en salones de quimioterapia habían personas que me veían como su ejemplo, me escribían por WhatsApp para contarme como les había ido con sus exámenes o que habían terminado tratamiento y no vamos a tapar el sol con un dedo; otros murieron en el proceso pero esto me hacía luchar aún más para ser ese pilar no solo de personas muy especiales que siempre estuvieron conmigo sino también de compañeros de quimio que estaban pasando por lo mismo y lograba influir en ellos positivamente.
El tener cáncer a tan corta edad, ayuda a comprender que siempre existe gente que se encuentra peor que uno, que nunca debes bajar los brazos por muy difícil que se vean las cosas, y más importante, nunca renegar de tu pasado y siempre recordar donde empezaste.
Actualmente sigo en tratamiento activo y hace apenas 2 meses el personal médico encargado de mi caso me propuso pensionarme por invalidez ya que mi enfermedad no tiene una cura asegurada por el momento y va a persistir con el tiempo, pero decliné esta opción y por el contrario decidí no ampliar más mi incapacidad debido a los buenos resultados del tratamiento y el visto bueno de los médicos para poder seguir ejerciendo a nivel laboral; en consecuencia hoy en día he logrado concluir mis estudios, tengo año y medio de trabajar para una empresa en el área de sistemas de información.
Debo esforzarme día a día para tener una vida que dignifique mis principios, creencias y poder influir positivamente en los demás, actualmente estoy realizando mi trabajo comunal universitario para el siguiente grado de mi carrera profesional para Proyecto Daniel y así usar mi conocimiento profesional para aportar a ese sueño de influir positivamente a personas que están pasando por lo mismo.
Por muy pequeño(a) que seas, nunca te dejes vencer por las pruebas que te ponga la vida. Respira, fija tu objetivo y da la batalla hasta que seas un ganador(a) indiscutible, saldrás adelante con una gran sonrisa.
Hoy en día logré encontrar paz y tranquilidad en un nuevo hogar rodeado de personas muy importantes en mi vida y a quienes les debo realmente mi estabilidad emocional durante la enfermedad, le debo mi agradecimiento a amigos y familiares que sí aportaron positivamente durante este proceso que aún no termina y que no voy a mencionarlos porque no quiero que se me quede nadie por fuera, quiero agradecer a el personal de enfermería del Hospital Max Peralta y al todo el personal en general del Hospital México, Proyecto Daniel y solo a una persona que sí es necesario mencionar; el ya fallecido Dr. Mauricio Arce Quesada a quién siempre estaré agradecido.