Un reflejo del arduo trabajo y momentos únicos dedicado a la atención de nuestros pacientes.
Un año cargado de cambios y de nuevas emociones en la transición de virtualidad y presencialidad.
Nos tocó cuidarnos mucho por la pandemia pero nuestro sueño continúa y seguimos trabajando para nuestros jóvenes.
Un año muy particular, nos enseñó de qué estamos hechos y que somos capaces de afrontar adversidades.
Por cada batalla ganada, por cada pelea perdida por aquellos que aún continúan luchando por todos ellos somos Proyecto Daniel.
Agradecidos por un 2019 que nos permitió trabajar por los adolescentes y adultos jóvenes diagnosticados con cáncer de Costa Rica.
Con un corazón colmado de amor, energía y adrenalina para transformar este año en muchas bendiciones más.