Priscila Sagot

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Mi nombre es Priscila Sagot, tengo 19 años. Mi historia se remonta al 8 de octubre del 2019, cuando me diagnosticaron cáncer, un tumor llamado germinoma, el cual estaba ubicado en la zona pineal.

Antes de mi diagnóstico había presentado problemas como dolor constante de cabeza, desmayos, vomito, perdida de la visión y audición. Me diagnosticaron a las 5:00pm de ese día y fue el Doctor Gabriel Castro (neurocirujano) el encargado de darme la noticia.

Él me dijo que si quería fue a cenar a un lugar cerca y volviera para internarme, cuando esto pasa uno pierde la noción de todo su vida y el tiempo, recuerdo que fui a McDonald's y ahí llamé a toda mi familia para contarles lo que estaba pasando…

Esa noche al subir al salón me desmayé en el baño, mi mamá se quedó conmigo unos minutos y luego se fue, dormir en un hospital no es tan malo, pero si no tienes dolor. Pasé en ese salón como una semana, me hicieron una operación la cual realizó el Doctor Alejandro Romman Vargas y luego de unos días regresé a casa a recuperarme, todo mejoro, pero luego el cáncer volvió y la situación se tornó más oscura, perdí el conocimiento de manera absoluta no recuerdo mucho de esa situación.

La Doctora Diana Zamora (mi actual oncóloga) recomendó empezar el proceso de Quimioterapia. Fueron tres meses de una semana completa por mes de tratamiento, en los cuales solo tres veces pude tener el placer de conocer a Proyecto Daniel una súper fundación que acoge a muchos jóvenes que sufrimos de constante temor, angustia y decepciones.

Proyecto Daniel da esperanza, demuestra que uno no está solo, que no es el único que necesita ayuda, conocer a más gente con los mismos problemas y sueños de mejorar te motiva mucho. Le agradezco a Dios por haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia y por darme la oportunidad de salir con vida de ella.

Agradezco a mi mamá que fue la persona que más cuido de mí en todo el proceso, a mi papá que fue mi pilar en las noches de miedo, a el amor de mi vida que me amó y me siguió amando sin importar nada y a toda mi familia que cuidó de mí.

No existen palabras en el mundo que puedan expresar el alivio que siento en este momento por saber que estoy bien y que estaré bien.