Nuestra misión sigue intacta: abracemos la solidaridad hoy y siempre

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Hoy vivimos una pandemia que no conoce fronteras, grupos etarios, sexo o estrato social. El Covid-19 marcará un antes y un después en la historia de la humanidad, no solo por la dura realidad que ha puesto frente a los ojos, sino también porque en medio del caos que ha generado, ha invitado a las personas a reinvertirse y de muchas formas nos enseña día a día que, aunque exista un distanciamiento físico, la unión va más allá de eso, y es un colectivo unido y abanderado de la solidaridad.

El Covid -19 no apaga el cáncer, al igual que ninguna otra pandemia. Día a día en el mundo nuevos diagnósticos salen a la luz y la población adolescente no escapa a esta realidad; es por esta razón que seguimos trabajando: NADA NOS DETIENE.
Al igual que hace 10 años, cuando nació Proyecto Daniel, nuestra misión sigue intacta y ofrecer a la población adolecente con cáncer mejores condiciones que les permitan hacer frente a su enfermedad continúa siendo nuestro norte.

Nuestro lema “Todo lo que quiero es hacerte sonreír”, las risas, los abrazos, las lecciones aprendidas, los lazos fraternos y cómo hemos transformado la vida de aproximadamente 1500 adolescentes en una década de sonrisas se convierten en los motores para adaptarnos a una realidad que, así como nos golpea, se convierte en el reto para la reinvención.


PROYECTO DANIEL 2.0

Sonrisas virtuales:

Apegados a la realidad actual y con el propósito de dar continuidad a nuestros programas hoy nos convertimos en Proyecto Daniel 2.0 y través de la implementación de iniciativas novedosas seguimos abrazando la esperanza.

Realizamos a finales del mes de marzo una extensión a nuestro programa de acompañamiento hospitalario por medio de “SONRISAS VIRTUALES”, espacio que nos permite llegar adonde esté la familia naranja, al rincón de ese hogar o incluso hospital donde se encuentren nuestros chicos.

Al día de hoy con SONRISAS VIRTUALES hemos desarrollado 8 sesiones, que nos permiten acercarnos a cada joven que ve en Proyecto Daniel una familia. Con la dirección del equipo de Acompañamiento Hospitalario y sus voluntarios llevamos a cabo talleres virtuales de origami, karaoke, charadas, hemos reído y conversado en un ambiente sano que nos recuerda que la familia naranja siempre estará, porque NADA NOS DETIENE.

Nuestro objetivo es fortalecer esta iniciativa día a día y que su continuidad no se limite a una circunstancia donde deba mediar el aislamiento social.


Llevamos sustento y tranquilidad a hogares naranja:

Gracias al apoyo de Fundación Mapfre, 60 familias pertenecientes a Proyecto Daniel se beneficiaron a finales del mes de marzo y principios de abril con un paquete de granos básicos, insumos que, en estos momentos, son para muchos de esos hogares el único acceso a alimentación.

Estos paquetes llegaron en un alto porcentaje a la puerta de cada familia, gracias al apoyo de colaboradores, staff y Junta Directiva de Proyecto Daniel y otros de ellos por medio de servicio de encomiendas asumidas por nuestra parte.

Cada paquete entregado estaba compuesto por:
  • 3 bolsas de arroz 95% grano entero paquetes de 1.8 K
  • 2 bolsas de pre cocido 98%.... paquetes de 1 K
  • 2 bolsas frijol rojo 900 gramos
  • 2 bolsas frijol negro 900 gramos
  • 1 garbanzo. 400 gramos
  • 1 lentejas. 400 gramos
  • 1 frijol blanco 400 gramos
  • 1 frijol chifrijo 1 kilo
Esta iniciativa se une a un programa de ayuda que implementa Proyecto Daniel y que entrega mensualmente 10 cajas de alimentos de primera necesidad a adolescentes referidos por los Servicios de Trabajo Social de los hospitales estatales. En el 2019 se entregaron 54 de estas cajas.

Somos muchos los que trabajamos por mantener vivo el sueño de Daniel Arce y dar continuidad a un legado de amor que transforma corazones y renueva esperanzas todos los días.

Son muchas también las empresas, organizaciones y personas que han adoptado como suya nuestra misión y nos han acompañado a lo largo de 10 años de trabajo arduo y continuo.

Proyecto Daniel es la cobija que abriga a los adolescentes que hacen frente a un diagnóstico de cáncer y que, aun en medio de la tormenta, aprenden a ver en cada día de sus vidas un reto inmenso de levantarse y seguir. Nuestros jóvenes son maestros, a través de sus procesos han comprendido y aprendido que no importan las caídas que experimenten, cuando los deseos y las fuerzas para levantarse sean más fuertes. Eso se llama resiliencia, de cada uno de ellos hemos aprendido. En Proyecto Daniel somos resilientes, estamos más fuertes y con unos deseos y fuerzas inagotables de sumas muchos años calendarios más.

Abracemos la solidaridad hoy y siempre.