Donar ¢5.000 Mi nombre es Mariana Figueroa Méndez.
Hace un año, me descubrí un bulto abajo del abdomen del lado derecho, pensé que era algo normal y no le puse mucha atención, a la semana siguiente me vuelvo a tocar ese mismo lado y el bulto había crecido un poco, pero tampoco le puse atención, dos semanas después tenía el estómago como una embarazada, ahí si ya le preste atención y le comente a mi mamá, esa misma semana fuimos al centro médico y me mandaron a hacerme un ultrasonido, por circunstancias de dolor, lo hicimos por aparte y el doctor estaba sorprendido y lo que nos dijo fue, que era un quiste ovárico complejo de tamaño gigante, pero que veía una masa que estaba muy sospechosa y que fuera de urgencia al hospital, porque eso debía de ser operado rápido antes de que creciera más.
El quiste no se sabía en qué ovario estaba, pues era tan grande que no se lograba detectar el ovario, ese mismo día fuimos a emergencias, pero Dios sabía que no era mi momento y me diagnosticaron otra cosa, a la semana siguiente, comencé con dolores extremos de espalda y en la pierna derecha, pero pensé que era un simple dolor de ovarios que por lo general siempre que me dolían, me daban esos malestares, pero ya llego un día en donde el dolor me ganó, ese día volvimos a consultar a emergencias, ese día me mandaron al lado de ginecología en emergencias y los doctores nada más se miraron y me dijeron: vas internada... no sabía si llorar, reír o incluso hasta salir corriendo, mi temor siempre fue ese, el internamiento.
Me ingresaron el 22 de enero a las 7:30pm, los doctores nunca me dieron un diagnostico seguro, pues todavía no estaban seguros si era o no un cáncer, un día antes de la operación, la doctora que me internó llegó a hablar con mi mamá y le dijo: ¿Usted sabe que es lo que tiene Mariana? Mi mamá dijo que todavía no sabía nada, que decían que podía ser un cáncer pero que no estaban seguros y la doctora le dijo: no mamá, Mariana tiene un cáncer y después de la operación va a necesitar quimioterapia, ese día sentimos que el mundo se derivó, pero Dios nos dio la fortaleza para levantarnos, fui operada el 30 de enero a las 8:00am, recuerdo que iba con unos nervios extremos, no sabía que iba a pasar, entre a sala de cirugías y lo único que recuerdo fue que llegó la anestesióloga y me dijo: te vas a empezar a dormir, cuando me levante, ya estaba en sala de recuperación (fui operada el día de mi cumpleaños, mi mejor regalo de cumpleaños, nacer nuevamente), en el momento de la cirugía me hicieron una biopsia congelada y salió benigna, por lo cual quedamos completamente tranquilas y nos quedamos con ese diagnóstico confiadas en Dios que todo estaría bien.
Al día siguiente, me tocaba la famosa caminada, recuerdo como me costó levantarme de la cama y estirarme para caminar, pero mi tía Meli nunca me dejó sentarme, ella me decía un poco más, vamos si se puede, al día siguiente estaba ansiosa por saber cómo era mi herida (es la más hermosa), ese día me dieron la salida y debo de admitir que fui la persona más feliz del mundo, desde el día 1 deseaba salir huyendo del hospital, pero también debo de admitir que tuve a las mejores compañeras de cuarto, las mejores enfermeras y enfermero y por supuesto a los mejores doctores, sé que Dios puso a esas grandiosas personas en mi camino y en definitiva ese si era mi momento!! Me quedé sin mi ovario y mi trompa derecha, pero eso es lo que menos importa, porque estaba completamente sana, solo me tocaba esperar los resultados de la biopsia...
El 8 de abril un viernes, recibimos una llamada completamente inesperada, nos llamaron que teníamos que presentarnos el lunes de urgencia a jefatura de ginecología, ese día comenzó la angustia de qué pasaba, el lunes llegamos a la cita y el doctor nos dijo lo menos esperado... Mariana tiene un cáncer de ovario y estamos en el rasgo de tiempo para tratarlo, así que necesita quimioterapia, ese día sentí el mundo encima, lo primero que pensé fue: "me voy a morir" es lo que uno piensa cuando le mencionan esa palabra, al día siguiente tuve la cita con mi oncóloga y ella ya nos comentó mejor que era lo que tenía, un teratoma inmaduro grado 3, se consideraba grado 3 porque era germinal (que se podía expandir), me mencionó que ocupaba la quimio, los síntomas que iba a tener, empezó uno por uno y ella me dijo: el último que le dejó a las mujeres, todo el cabello se te va a caer, llore y llore, mi cabello era lo que más me importaba, no me importaba lo demás, era simplemente mi cabello.
El 22 de abril tuve mi primera quimioterapia, ese día iba con un montón de emociones no sabía qué me iba a pasar, no sabía cómo era, si dolía o no, efectivamente mi primer día fue el mejor, pero los demás días yo lloraba y suplicaba que ya no me llevarán más, que ya no quería más, me sentía extremadamente mal, mis náuseas eran inevitables, no sabía ni qué sentía en esos momentos. Me llene de mucha fe, le suplicaba a Dios todos los días que me diera fuerza, que yo era capaz y en efectivo Él me dio las fuerzas que yo necesitaba en esos momentos tan difíciles, después de esa semana tan fuerte, mis otras quimioterapias, fueron las mejores, me sentía mal, pero mi fe era más grande que mi dolor.
Visite emergencias más de una vez por mis dolores, estuve en quimio por tres meses, tres meses de mucha valentía, tres meses de mucho aprendizaje a tan poca edad comprendí mucho y comprendí que no seré ni la primera, ni la última con esta enfermedad tan horrible, pero que a la par de muchos, estoy completamente bien y tengo que agradecer por eso y por más, porque si no fuera por Dios, yo no habría tenido la fuerza que tuve para superar todo esto.
En la quimio conocí a personas maravillosas, me encantaba escuchar las historias de todos y ver como se iban superando poco a poco, conocí a un señor que en efectiva me ayudó mucho, con su conocimiento y su amor, conocí a Proyecto Daniel, fundación a la cuál hoy pertenezco, que también me ayudó mucho en todo este proceso, me ayudó a ver la vida diferente, a cambiar mi mundo gris, por un mundo de miles de colores, para mi Proyecto es vida, amor, esperanza y una felicidad inexplicable.
En el hospital las enfermeras se ganaron todo mi amor y cariño, porque fueron las mejores enfermeras con las que he topado en mi vida. En este proceso me conocí mucho como persona, me comencé a amar a mí misma y aprendí que mi cabello no me hace a mí, si no soy yo la que me hago a mí misma, que la gente no me ama por mi cabello, si no por mi personalidad y jamás pensé que diría esto, pero... Yo amo mi CALVITA, ella significa tanto para mí y estaré agradecida siempre por haberte conocido y haberme enseñado tanto, sueño con tener mi cabello por supuesto, pero por el momento amo mi look, look de valentía y ahora soy fanática de todos los accesorios para cabello y todos los turbantes que veo los deseo.
Mi mayor agradecimiento es a Dios, a mi familia y a mi súper mamá. Mi familia me ha apoyado desde el día número uno, me han dado su amor y todo su cariño, me han enseñado que ellos son todo lo que siempre tendré en mi vida y les agradezco tanto por eso, también a todas las personas que nos han apoyado y han estado pendientes de mi salud. Dios me enseñó que soy más fuerte de lo que pensé y que de hoy en adelante podré con todo, gracias a Él. Mi súper mamá, ella significa todo para mí, ella me enseñó que su amor es invencible, me enseñó a ser más fuerte, porque mi mamá ha sido el ser humano más fuerte que conozco en el mundo, ella se merece lo mejor de este mundo, Dios se lució contigo y por enseñarme tanto en esta vida mamita, no sabes cuánto te amo y te agradezco todo.
Hoy soy una sobreviviente más del cáncer de ovario y estoy viva para contarlo.
Estemos siempre pendientes de nuestra salud, cualquier dolor que sintamos, actuemos de inmediato, el cáncer de ovario, siempre lo confunden con otro tipo de dolor como, el apéndice, colon o muscular, que fue mi primer diagnóstico, es uno de los cánceres más silencios y por el que muchas, mujeres fallecen año con año, porque cuando se enteran es demasiado tarde...
Hoy tengo la seguridad de que Dios tiene un propósito conmigo en esta vida, gracias Dios