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Me llamo Keilyn Alfaro López, actualmente tengo 17 años, vivo en Heredia; hace aproximadamente un año y cuatro meses, comencé mi proceso. A los 15 años, me diagnosticaron un ependimoma de células claras, esto es cáncer en la médula espinal.

Pasé por una cirugía de emergencia; ya que mi tumor abarcaba un 90% del canal raquídeo que es donde se encuentra la médula protegida y todos los nervios expuestos, y también tuve tratamientos.
Proyecto Daniel ha significado un cambio drástico en mi vida; no solo fue el hecho de descubrir que había una organización que ayudaba a salir adelante y a convertirse en amantes de la vida, a los jóvenes que como yo padecen de cáncer.
Fue descubrir que uno realmente no está solo en este proceso, yo a los 16 años no soy la única adolescente que tiene cáncer, porque otros jóvenes igual tienen, además no es un secreto que la adolescencia es difícil, y con un diagnóstico así, se convierte en un reto mayor.
Así que Proyecto Daniel estoy segura que como lo es para mí lo es para todos; es una familia llena de felicidad, esperanza, enseñanzas, amor propio y por los demás, que nos motiva a seguir avanzando y luchando; donde gracias a las increíbles actividades que organizan conocemos personas como nosotros donde hacemos amigos sinceros que se convierten en una parte importante de nuestra vida.
Integrarse a esta gran familia es conocer luchadores, valientes y campeones; aunque en el camino muchos se quedan y Dios lo llama antes, sin embargo, la unión es tanta que entre todos se comparte el dolor y la felicidad. Estar con los voluntarios y pacientes de Proyecto Daniel es pasar un tiempo lleno de sonrisas, donde sobran las palabras de ánimo y aliento, donde de verdad aprendemos a disfrutar cada momento, aunque a veces los vemos insignificante.
Estar con esta gran familia es tener la oportunidad de decir lo que sentimos, sin necesidad de guardarnos nada; si hay confusión o estrés entre todos se ayuda a aclarar los sentimientos de ese momento y las dudas; porque al recibir el diagnóstico muchas personas empiezan a tener estos sentimientos, nuestro mundo da un giro y lo que parecía que teníamos seguro se convierte en algo incierto. La persona tiene la oportunidad de hablar; sin embargo, si no se siente preparado puede sólo escuchar, nadie tiene la necesidad de aparentar ser alguien que no es, todos pueden ser lo que son en realidad, son espacios donde hay una confianza increíble.
Proyecto Daniel nos enseña a ver la vida como algo valioso, los sueños como algo en lo que se debe de creer para cumplirlos, los miedos como algo pasajero, los sentimientos como algo que se puede expresar, las pérdidas como algo a lo que no se debe apegar y la búsqueda interna propia para poder apreciar lo grandioso y súper fuertes que somos. Mi experiencia en Proyecto Daniel ha sido grandiosa y enriquecedora, la actividad se nota que los organizadores les ponen mucho amor y todo el equipo de esta asociación son realmente un gran apoyo, el entregar su tiempo y amor a todos nosotros es una muestra de su humanidad.