Era comenzar quimioterapia inmediatamente o moría, básicamente según mi doctor no se sabía por que aún estaba viva ya que hace varios meses atrás se había desarrollado en mi cuerpo sin ser detectado por lo que era si no por un mal diagnóstico, el cáncer siguió creciendo sin control y se multiplicó por más de 10.

Al día de hoy después de un año seguido de recibir más de 12 sesiones de la quimioterapia más fuerte, estoy viva, en su momento el doctor me dijo: "Auri tenemos que comenzar quimioterapia YA o te vas a morir, vamos a hacer una prueba dura para salvarte la vida, te vamos a poner solo la quimio roja como le dicen, para que logres salir adelante, si tienes Fe pídele más a Dios por que ya eres un milagro, vamos a comenzar la otra semana y conforme vamos avanzando vemos si es necesario algo más"

Y pues si les digo la verdad, como lo he dicho anteriormente NO FUE NADA FACIL.

Llegar a mi casa casi desmayada, pasar vomitando toda una semana, con dolores desesperantes de cuerpo y cabeza, sin comer ni tomar, en depresión y deseando no seguir por que ya no aguantaba, perdí peso como nunca, casi ni pasaba con mi hija porque no tenía fuerzas, a veces hasta llegar sin conocimiento, fue una etapa sumamente dura, hasta el doctor llego a creer que ya no había más que hacer.

Y fue un 10 de octubre del 2017 cuando vi la meta, llegué al final de mis sesiones de quimioterapia, realmente me parecía imposible creer que de verdad lo había logrado. Lloré mucho y le di gracias infinitas a Dios porque sin Él nunca lo hubiese logrado.

Ahí no terminaba el camino aún faltaban muchos TAC y estudios.

Pues aquí estoy, y admiro mucho a cada persona que ha luchado y lucha contra esto a diario por que aún yo lo hago, hay secuelas y sé que hay personas que pasan cosas más duras pero toda batalla contra esta enfermedad es sumamente dura y de GRANDES.

Y así, admirando a esos guerreros que luchaban a mi lado conocí una familia que me cambio mi visión por completo, conocí Proyecto Daniel a través de mis compañeras de quimio y a través de una de ellas llegue a formar parte de la familia naranja ¿qué puedo decir de ellos? Pues hay tantas cosas que lo resumiré en que me cambiaron mi perspectiva del cáncer, conocí la alegría en medio de la tormenta, conozco cada vez más testimonios que me cambian, que me llenan e impulsan a seguir, también me ha tocado ver partir y vivir con ángeles que me cuidan desde el cielo, se convirtió para mí en mi familia, en un refugio de alegría en el que cuando estás ahí no piensas en nada, ríes. Encontré amigos del alma, encontré personas inmensamente especiales para mí, encontré unos Papas Naranja. En definitiva, cuando estoy con ellos anhelo que cada momento dure muchísimo. No puedo dejar de agradecer a la vida por ponerlos en mi camino.

Sé que hoy estoy sana y anhelo seguir así, pero si algún día las cosas se tornaran feas otra vez, aquí estoy para seguir y darle duro otra vez.

Mi legado es ayudar y dejar un testimonio de ayuda para muchos.

“Es durante nuestra peor caída cuando morimos o aprendemos a volar” yo tengo la oportunidad de volar alto todos los días.